No sólo de blancos vive Rueda. Aquí, en nuestra tierra, se elaboran también buenos tintos. Tintos capaces y sorprendentes. En el majuelo en el que nace nuestro Vida 1883 se plantaron en 1998 cinco variedades de uva tinta (Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Garnacha y Graciano).
Desde entonces, hemos trabajado por crear un lugar especial, un lugar en el que la producción de la uva sea ecológica, en el que se respete al máximo el entorno sin comprometer la calidad del producto. Un espacio con la mínima intervención, un recuerdo de aquella viticultura en la que simplemente se acompañaba a la cepa en el camino hacia el buen vino. A mano, como hacía Valeriano, como siempre ha hecho nuestra familia, realizamos una vendimia en la que seleccionamos los mejores racimos. Garantizando así que nuestras uvas doten al vino de la calidad que se merece.