NUESTRA HISTORIA

    Desde que Valeriano comenzara esta aventura, generaciones de nuestra familia han trabajado, cuidado y vivido de todo lo que rodea al mundo del vino. Así, fueron nuestros padres, quienes heredaron parte del patrimonio de Valeriano y los que, con tesón, dedicación y mucho esfuerzo a las espaldas cuidaron del majuelo en el que ahora crece este Vida 1883.

Con el pasar de los años, hemos sido nosotros, María, Juan y Ana, los que hemos tomado el testigo familiar para hacer de la tradición pasión: Tres hermanos unidos por el vino, el amor a la naturaleza y una familia que respeta, ama y disfruta de todo lo que las cepas nos dan. Una vida única. Una vida digna de ser bebida.
Creamos botellas a partir de un sueño. Un vino de pueblo, respetuoso con el medio ambiente, elaborado con nuestras variedades, el de siempre y envejecido en Barrica de Roble.
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